¿Dónde vas, buen caballero?

Fecha de publicación: 21 de octubre, 2024
Fecha de actualización: 24 de octubre, 2024

El romance del caballero («¿Dónde vas, buen caballero?», que también tiene la variación «¿Dónde vas, Alfonso XII?») es uno de mis romances favoritos, y como cada romance, hay muchas variaciones de la letra. Cuando empecé a traducir la canción a inglés, la primera cuestión fue—¿cuál canción? Al fin, hice lo que hace todos que cantan romances: combinar las letras de versiones distintas para resaltar la pena que es para mí el corazón del romance.

Letra sintezisada

—¿Dónde vas, buen caballero?
¿Dónde vas tú por ahí? (¿Dónde vas triste de ti?)
—Voy en busca de mi dama (—Voy en busca de mi esposa)
que hace años (yo) no la vi.

—Tu dama ya está muerta; (Sí, tu dama ya se ha muerto;)
muerta está que yo la vi.
—Que esté muerta, que esté viva,
a verla tengo que ir.

Al entrar al cementerio, (Al subir las escaleras,)
una sombra negra vi.
Cuanto más me retiraba,
más se acercaba pa’ mí. (más se venía hacia mí.)

—No te asustes, caballero, (No temas, buen caballero,)
no te asustes tú de mí, (ni te asustes tú de mí,)
que soy tu dama querida, (que soy tu esposa querida,)
que me vengo a despedir.

—Si eres mi dama querida, (—Si eres mi esposa querida,)
echa los brazos a mí.
—Los brazos que te abrazaban,
a la tierra se los di.

—Si eres mi dama querida, (—Si eres mi esposa querida,)
echa un beso para mí.
—Los labios que te besaban,
los gusanos dieron fin.

Información adicional

Fuentes

Interpretaciones

«Romance del caballero», Joaquín Díaz, De mi álbum de recuerdos (1969)

Letra

En el tiempo que me vi más alegre y placentero, me encontré con un palmero que me habló y dijo así:

—¿Dónde vas, el caballero? ¿Dónde vas, triste de ti? Muerta es tu linda amiga, muerta es, que yo la vi.

Las andas en que ella iba, de luto las vi cubrir, condes, duques la lloraban todos por amor de ti.

Dueñas, damas y doncellas, llorando decían así: «¡Ay, pobre del caballero, que tal dama pierde aquí!»

—Que esté muerta, que esté viva, a verla tengo de ir. Al subir de mi escalera, una sombra vi venir.

—No te asustes, dueño mío, no te asustes tú de mí; que soy tu amiga querida, que ha venido a verte aquí.

—Si eres mi amiga querida, echa tus brazos a mi. —Los brazos que te abrazaban, a la tierra se los di.

—Si eres mi esposa querida, echa un beso para mí. —Los labios que te besaban, los gusanos dieron fin.

—Cásate, buen caballero, cásate y te pido así, que la mujer que tú tengas, que la estimes como a mí.

«¿Dónde vas, Alfonso XII?», Joaquín Díaz, Canciones para niños (1980)

Letra

—¿Dónde vas Alfonso XII? ¿Dónde vas, triste de tí? —Voy en busca de Mercedes que ayer tarde no la ví.

—Sí, Mercedes ya se ha muerto… Muerta está que yo la ví; cuatro duques la llevaban por las calles de Madrid.

Su carita era de cera, sus manitas de marfil y el manto que la cubría era rico carmesí.

Las farolas de palacio ya no quieren alumbrar porque se ha muerto Mercedes y luto quieren llevar.

Los caballos de Palacio ya no quieren pasear porque se ha muerto Mercedes y luto quieren llevar.

«¿Dónde vas, Alfonso XII?», Joaquín Díaz, Canciones y cuentos para niños (1996)

Letra

—¿Dónde vas, Alfonso XII? ¿Dónde vas triste de ti? —Voy en busca de Mercedes que ayer tarde no la vi.

—Tu Mercedes ya está muerta; muerta está que yo la vi. La llevaban cuatro duques por las calles de Madrid.

Su carita era de cera, sus manos como el marfil y el velo que la cubría de color de carmesí.

Ya murió la flor de mayo, ya murió la flor de abril, ya murió la blanca rosa y llora todo Madrid.

—Al entrar en el Palacio una sombra negra vi. Cuanto más me retiraba, más se venía hacia mí.

—No temas, Alfonso XII, ni te asustes tú de mí, que soy tu esposa Mercedes, que te sale a recibir.

«Alfonsito», Yasmin Levy, Sentir (2009)

Letra

De los árboles de frutas, de punta el melocotón, y de los reyes de España, Alfonsito de Borbón.

—¿Dónde vas tú, Alfonsito? ¿Dónde vas tú por allí? —Voy en busca de Mercedes, que ayer tarde no la vi.

—Merceditas está muerta, muerta está, que yo la vi. Siete duques la lloraban, todos por amor de ti.

—Al entrar el al palacio, una sombra negra vi. Cuanto más me retiraba, más se acercaba pa’ mi.

—No te asustes, Alfonsito, no te asustes tú de mí. Que soy tu esposa Mercedes, que me vengo a despedir.

—Si eres mi esposa Mercedes, echa los brazos a mí. —Los brazos que te abrazaban, a la tierra se los di.